Prácticas letradas vernáculas y dominantes (o lenguaje MSN)

Prácticas letradas vernáculas y dominantes. Son términos que leí (y hubo que traducir) cuando preparábamos el libro de Daniel Cassany "Sustraietatik zerura".

Y es lo primero que me vino a la cabeza cuando leí en Facebook, vía Esther Gorjón --acá también @jesterhanny-- la indignación de un padre por lo que tenía que aprender en el colegio su hija en referencia al lenguaje que se utiliza (o utilizaba, más bien, digo yo, que unos años en tecnologías son una eternidad) en los SMS. De hecho, mi respuesta inicial era que me parecía como mezclar churras con merinas, o intentar poner puertas al campo, y di el link a un artículo en castellano de Cassany, Sala y Hernández en el que escriben sobre el tema: "Escribir fuera de la ley: prácticas letradas vernáculas de adolescentes catalanes". Y, por añadir algo más, resulta que después me di cuenta que conozco a una de las coautoras del texto.

El hecho y la protesta se han extendido, que la Red da mucho juego en estas ocasiones --ay la viralidad--, e incluso ha llegado a la prensa, con titulares del siguiente tipo:
Señalar, en principio, que las noticias parten de la protesta del padre y la explicación de la editorial queda un poco difuminada. Al tiempo, hay algunos puntos sobre los que podemos reflexionar, como los propios titulares.

  • El contexto. Y aunque admito que yo así lo hice de primeras, quizá antes de juzgar conviene conocer el contexto en el que sucede el hecho, los objetivos de la unidad didáctica, cómo entronca con el currículum del centro escolar y con el diseño curricular básico, etc.
  • Los distintos ámbitos de uso del lenguaje. En este sentido, me convencen más planteamientos como los de Cassany --e investigaciones al respecto-- que titulares como los mencionados anteriormente. Ejemplo a considerear: cuando no se tiene seguridad en una lengua se tiende a escribir de forma "correcta"; los profesores cuando chateaban también solían utilizabar la lengua "correcta"
  • Rapidez en las conclusiones: vuelta a los titulares. Vamos a ver; menudo cambio de planteamiento si el examen que se plantea es cooperativo ("organizaos en parejas, cread un diálogo"). O si resulta que tiene erratas el libro. Por no fijarnos en algunas de las conclusiones; evidente falta de rigor a mi juicio. 
  • Los libros de texto y su uso (a saber cómo se desarrollo en el aula la propuesta original). Por otra parte, el libro es de 2004, reeditado en 2009. Por cierto, ¿cuántos SMS escribimos en 2014? Ya, ahora serán guatxaps, mañana telegrams... Como siempre, la actitud más allá de la herramienta concreta. Fíjate lo que escribía por aquí hace ya más de cinco años.
  • ¿Cómo entendemos la educación de nuestros hijos e hijas? ¿Como es eso de "entra en examen"? ¿Pide la niña a su padre que se lo "pregunte"? No voy a reinsistir en mi idea sobre los deberes para casa, que bastante lo suelo poner y repetir --yo me solía negar a eso de "preguntar" y prefería cambiarlo por "pregúntate" con papel y bolígrafo al lado; creo que es una mejor estrategia--.

Por cierto, sobre el título del post, además del enlace que te he puesto al principio, tomo un párrafo del libro "Prácticas letradas contemporáneas" (publicado en euskara en Sustraietatik zerura) que considero aclaratorio.
"Lo vernáculo pertenece al ámbito privado, a la vida cotidiana y a la informalidad; depende de las relaciones y los intereses personales y carece de normas. En este sentido, se opone a lo oficial o dominante (a las prácticas letradas dominantes), que es público y formal, pertenece a la vida social (profesional, administrativa, política) y está regulado por normas estrictas (ortografía, formato, registro, estructura, etc.). Del mismo modo que usamos el dialecto más coloquial y espontáneo para conversar con los amigos y los familiares, es lógico que escribamos textos equivalentes sin controlar la producción."

Y como empezaba su columna "Idioma MSN" Daniel Cassany en la revista Escuela, en enero de 2012, (también en Sustraietatik zerura)
"Me disgusta la mirada tendenciosa que adoptan muchos periodistas, educadores y ciudadanos al referirse a la ortografía en Internet. Si los chicos y muchos adultos  escriben kawaiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii (por ¡qué guay!) o keasemos (por ¿qué hacemos?) en chats, foros y correos en la red o en un SMS de móvil, no es siempre porque ignoren la ortografía estándar. Tampoco pretenden atentar contra la pureza, la corrección o la unidad del idioma. [...] Son solo mensajes breves, espontáneos y coloquiales, sacados de contextos privados y ociosos. No hay motivo para regularlos ni nadie puede obligar a escribir con una norma determinada en estas situaciones personales. Nadie tiene derecho a ordenarme cómo debo hablarle a mi madre (y suelo hacerlo con el catalán dialectal que me enseñó ella, con algunos castellanismos e incorrecciones) ni cómo debo escribir a mis amigos un mensaje privado. [...] ¿Por qué no intentamos comprender en vez de juzgar? ¡Es mucho más interesante! [...]"
Acabo: ¿y si el objetivo de la unidad didáctica cuando se diseñó era comprender y buscar la reflexión del aprendiente? 


Comentarios

  1. Iñaki,

    Déjame añadir también que la investigación lingüística y psicológica sobre el uso de los SMS no justifica ni la alarma del padre citado ni las opiniones tendenciosas de la comunidad al respecto de esta forma de escritura.

    No hay ningún lingüista de los que estudian estos fenómenos (David Crystal, Naomi Baron) que considere que estas formas de escritura son vandálicas, malas o perjudiciales para la salud psicológica o pedagógica. Todos describen este fenómeno como un uso coloquial, vernáculo, espontáneo del lenguaje, parecido a una charla de cafetería o de patio...

    Incluso más: varias investigaciones psicológicas en Gran Bretaña al respecto han descubierto que los niños y niñas que tienen móvil a partir de 9-10, y envían y reciben SMS auténticos (con sus padres, amigos, parientes, colegas), años después pueden sacar mejores notas de vocabulario y lenguaje que sus compañeros de clase que no tuvieron móvil (y que nunca pudieron participar en esas situaciones auténticas de comunicación). ¿Por qué? Por que al tener que leer, escribir y comprender breves mensajes de móvil esos niños desarrollan más conciencia fonológica, adquieren experiencias diversas de comunicación real -con feedback- e incluso ejercitan su creatividad lingüística -al buscar formas originales de representar gráficamente una palabra, una idea o una emoción.

    Claro, no estoy defendiendo que se deba enseñar en clase, con libro de texto a escribir de esta manera. Sería como pretender obligar a la gente que hace grafitis en la calle o en los lavabos que escriba de un modo determinado... Cuando su forma de escribir se convierte en oficial y se incluye en los libros de texto, esos chicos buscarán otra manera de expresarse... Porque de lo que se trata es de ser rebelde, de distinguirse de la oficialidad, de lo público, de lo que hacen los adultos.

    Pero que se reflexione sobre la diversidad de el lenguaje y de las escrituras en clase, que se comparen lenguajes y que se "transfiera" de un registro a otro, me parece una excelente práctica lingüística.

    Ver: http://toddlizotte.com/hooksett/wp-content/uploads/downloads/2011/11/Txt-msg-n-school-literacy-Beverly-Plester.pdf

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  2. Gracias, Daniel por enriquecer la entrada original. Encantado de leerte (y escucharte, cuando es posible) como siempre.

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