Restaurantes, entre lo ajustado y lo posible

Leía los restaurantes que, según una información de 2019, eran entonces los favoritos del famoso golfista Jon Rahm: Eneko, Etxebarri, Zapirain y Elkano. Algo ha podido variar, pero no sorprende en alguien que debe andar boyante en lo económico. Ah, el otro día comentaba el restaurador Aitor Rauleaga que había comido no hace mucho en su establecimiento.

Me ha hecho pensar en lo que contestó el cocinero y presentador Javi Sierra cuando le preguntaron su opinión por el precio del menú en DiverXo (365 € en septiembre de 2022). Decía que "Dabiz Muñoz es el mejor chef y no puede haber ningún error, pero por ese dinero puedo disfrutar en otros sin pagar tanto" y que (esta cita no la he encontrado pero la leí) él, como clase media que se consideraba, no se puede permitir ir a ese tipo de establecimientos con la familia. Como dije en su día, hace tres década más o menos, a Diego González, el mérito es encontrar lugares donde comer bien (o muy bien) y no pagar un dineral. Aunque salir a comer fuera de casa, y pese a que se vean muchas mesas llenas, empieza a ser un lujo, vayas donde vayas.

Y ojo con las mesas llenas, que anda Niño Becerra avisando sobre la "ilusión del restaurante" (aquí, recogido en As): que al verlos llenos parece que la economía va mejor de lo que está en realidad y que el principal ratio de un restaurante es la facturación media por día y mesa; ahora por ejemplo, se pide más vino por copas que antes.

Adrien Olichon en pexels.com

Jatetxeak, merkeak ala garestiak? Betaurrekoen eta irizpideen araberako erantzuna, jakina. Argi dago, dena den, batzuk ez direla pertsona arruntentzakoak (diru aldetik arruntak, diot) eta jakiak edozeinentzat hainbeste igo badira jatetxeetako fakturetan ere izango duela isla. Hala ere, beteta daudela ematen du, krisia bukatu balitz bezala. Ameskeria ote?

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