De banquillos y gradas

Reconozco que tengo una deuda pendiente con Asís Martín y El Desmarque, dado que, como alguna otra vez, me comprometí a escribir algo antes de comenzar la temporada, esta vez sobre el Kuko Ziganda. De hecho, hasta pensé el título de la entrada: "uno de los nuestros". Y no solo porque ya haya jugado en el Athletic, sino porque compartimos, o, mejor dicho, hemos compartido grada y sector en el nuevo San Mamés, que ahora se sienta en el banquillo y yo sigo en el mismo sitio (y por lo difícil que parece ser profeta en la tierra de uno o no ser derribado por fuego supuestamente amigo).

Se suele decir que todos los hinchas llevamos un entrenador dentro. Creo que no solo los hinchas, sino toda aquella persona que opina sobre deporte, sea más o menos entendida. No pocas, o casi todas estas personas suelen (solemos) saber qué haríamos para que algo fuese mejor, qué cambios haríamos, qué variables tácticas (mejores por supuesto) aplicaríamos... aunque por lo general nos falte información para pontificar y sentar cátedra sobre ello.

En una época fui delegado de equipo en fútbol base, y cuándo oías esos comentarios externos pensabas qué fácil es hablar desde fuera, sin saber muchas de las razones subyacentes a las decisiones.  A algún padre y madre ya le comenté que debían ver a sus retoños en el vestuario, por ejemplo. Ayer mismo comprobé lo de la diferencia de información y planteamiento en unos partidos de balonmano.

Y es que nos extrañaba a quienes estábamos en la grada la aparente lentitud con la que uno de los equipos subía el balón en las transiciones (el "nuestro", vaya) sin buscar rápidos contraataques o pases en largo. Al final del partido supe que el entrenador lo había prohibido expresamente, porque quería probar otro tipo de jugadas. Es más: en una jugada que acabó en rápido gol (como entendíamos en la grada que debían hacer) la jugadora que hizo el pase largo recibió su correspondiente reprimenda.

En otro partido había pocos suplentes pero el entrenador no estaba haciendo cambios. Una de las personas presentes en la grada pidió en voz alta que sacase a la cancha al jugador nº XY, a lo que respondió otra de las personas que a saber por qué no salía, que tal vez no había entrenado en condiciones, para andar gritándolo desde la grada.

By Heradiom (Own work) [CC BY-SA 3.0 (https://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0)], via Wikimedia Commons

Y todo ello, aclaro, sin insultos ni gritos entre personas "aficionadas", que ésa es otra cuestión.