Sinceridad o sincericidio

O ingenuidad. O creerse por encima del bien y del mal (me acuerdo de aquel "millonarios prematuros" de Marcelo Bielsa). No lo tengo claro (tal vez pienses "vaya novedad, tantas cosas no tienes claras" pero "es lo que hay"). Estoy pensando en las declaraciones de Iker Muniain, futbolista del Athletic Club, en referencia a su amigo Fernando Amorebieta, ex-compañero de equipo y hoy día jugador de otro equipo. 

Lo de "sincericidio" se lo oí a Ismael Serrano en una canción, "el alba sincericida"; yo lo entendí como el peligro de ese exceso de sinceridad que puede ser como una especie de suicidio, aunque en la Red he visto distintas interpretaciones. Hay quien lo equipara al dicho de "por la boca muere el pez".

Y es que antes del partido el jugador navarro apuntó que esperaba un recibimiento caluroso para su gran colega (la verdad es que el propio tuit del club recogiendo lo dicho por Iker en la rueda de prensa da para más de una lectura, a posteriori; es lo que tiene el límite de caracteres), y que Fernando agradeció públicamente. Desde luego no me dio la impresión de que fuese así el recibimiento; más aún, por el devenir del partido, acabó silbado cuando tocaba el balón al final del partido. 

Al acabar el encuentro, el hoy sportinguista no quiso hacer declaraciones ni tuiteó, como sí hizo antes del mismo; supongo que ser silbado por la que fue tu afición no será plato de buen gusto. Sin embargo, considero que las del pequeño navarro no tuvieron pérdida, defendiendo que Amorebieta siempre ha jugado al límite, y achacaba al problema de "la gente"  (yo traduzco por el aficionado, que es quien de alguna manera mantiene todo el invento) si no le gusta, según recogió El Correo. También apunta respecto al penalty pitado que fue "un ligero toque"  e incluso en Mundo Deportivo se hace referencia a que reconoció que no fue penalty el pitado por su caída en el área gijonesa (bien para sucesivas ocasiones de cara a los árbitros).

Y es que como dice un amigo, muy forofogoitia él, se puede pasar rápido del aplauso de la afición al silbido. Probablemente, comunicarse "de uno a muchos" sea una asignatura pendiente (más) para muchos futbolistas (apunte: me parece que hay honrosas excepciones).

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