Carta a Marcelo Bielsa
Estimado Sr. Bielsa,
Permítame que le dirija unas breves líneas desde el blog. Podría haber elegido otro camino, como una carta al director, o una carta privada a través del club, pero, qué quiere que le diga; este es mi txoko, mi espacio, en el que me visitan quienes así lo desean, amigos y amigas normalmente, y en el que me encuentro a gusto. Es más, ni siquiera sé si leerá está entrada, aunque al parecer es un lector empedernido, ni creo que aunque lo haga tenga feedback, como aquel joven argentino a quien llamó por teléfono.
Le trataré de usted, porque así lo acostumbran en su tierra. Y por razones de confianza. No es porque no lo conozca, no, dado que le he visto con frecuencia en persona e incluso he recogido en mi libreta forofogoitia detalles de usted desde que llegó al Athletic (así llamo a mis otras crónicas de los partidos desde mi localidad que publico en este mi blog) Y es que mi localidad en la Catedral está justo a la entrada del vestuario. Pero nunca me he atrevido a acercarme, porque soy tímido y, sobre todo, porque lo suelo ver concentrado ya antes de empezar, irascible incluso durante el partido, y, claro no me parece el mejor momento ni siquiera para saludarlo, nada digamos de charlar, que dicen también le gusta. Además, tampoco soy un niño de esos que llama para acompañarlo en Lezama, ni he tenido oportunidad de encontrármelo fuera del ambiente futbolístico.
Fíjese, Marcelo; he cambiado de temas musicales populares argentinos relacionados con usted. De esa Zamba de mi esperanza que escribí allá por los albores de la temporada, a ota canción, recomendada por cierto por una deportista compatriota suya, Todo cambia, tema del chileno Julio Numhauser interpretado por Mercedes Sosa, que seguro conoce Y es que, ciertamente, esta temporada ha cambiado el juego del Athletic para mejor, así como han cambiado las opiniones sobre usted en este entorno cambiante del mundo del fútbol; seguiremos cambiando, seguirá cambiando lo que nos rodea, incluso cambiará en breve el viejo San Mamés por un moderno estadio. Pero creo que no cambian ni cambiarán sus convicciones, allá donde se encuentre, ni mi / nuestro sentir rojiblanco. Eso sí, en mi caso, al menos, ha conseguido que me vuelva a ilusionar, que me emocione...
aunque no he logrado que participe en una tertulia bilbaina (pensaba
que era algo periodístico me dijo Jabotxa) o que se siente a nuesta
mesa, que gustosos le invitaríamos en el txoko no virtual, por ejemplo,
pese a que esta anécdota me parezca casi una leyenda urbana.
En definitiva, sepa que, decida lo que decida para el futuro, suceda lo que suceda la próxima semana en la final de Copa, tampoco cambiará el sincero aprecio que algunos sentimos por usted.
Atentamente,
Iñaki Murua
En definitiva, sepa que, decida lo que decida para el futuro, suceda lo que suceda la próxima semana en la final de Copa, tampoco cambiará el sincero aprecio que algunos sentimos por usted.
Atentamente,
Iñaki Murua
PD Recuérdele al profe Bonini que me debe una foto, pendiente desde el partido de copa de Oviedo, que usted les puso una sesión de vídeo que empalmó con la comida y me dejó sin dicha instantánea; si fuese con los dos sería perfecta. Ah, y pida a la directiva que destierren definitivamente ese horrible equipaje gris, que tan mal sienta y le sienta.
Bonito post, Iñaki. No tiene precio la capacidad de las personas por ilusionar a otras... ¡Y qué poco la ponemos en práctica!
ResponderEliminarY me doy por aludida en la penúltima línea de tu post.... Jeje!! No está en mi mano cambiar el equipaje gris, pero coincido contigo en que sienta de aquella manera. Aunque... en twitter le leí no sé a quién, tras la derrota en la Final de la Europa League: "Marcelo, por favor, vuelve al chandal gris". ¿¿Y si da suerte el gris?? ;)
Pues si te ha gustado se lo puedes decir ;-)
ResponderEliminarFíjate que ya lo pensé lo de la suerte cuando lo vi por la tele tan elegante con la sudadera negra :-)
hermoso texto y hermosas canciones que nos propones.... gracias
ResponderEliminarEstán circulando más leyendas de Don Marcelo que de Tartalo, Anbotoko Mari y las lamias todos juntos. Señal que sus valores están dejando huella.
ResponderEliminarSe marche o se quede ha dejado ya una gran marca en nuestra memoria.
Me gusta que te guste, JA. Es un poco la continuación del artículo de septiembre.
ResponderEliminarEso me parece, Josu. Ya no sé cuáles pueden ser verdad o no (como cuando ha regalado entradas y así, jeje)
Impresionante texto Iñaki. No puedo estar más de acuerdo en todo, incluso en las canciones que conozco desde niña, criada en una casa de melómanos admiradores de la música argentina.
ResponderEliminarFaltaba redondear esa zamba de mi esperanza, Maider. Espero que me sugieras alguna otra canción para un siguiente post dedicado a (a lo loco se vive mejor)Bielsa :-)
ResponderEliminarLo de la comida en el Txoko con Martzelo sería una pasada.
ResponderEliminarHabrá que intentarlo.
Nire kontura.
Pero en secreto total, tocayo. Eso sí, te tomo la palabra ;-)
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