Cambios de hábitos, sucedáneos y desafección
En estos tiempos de nueva (a)normalidad se nos habla, incluso recomienda, cambiar de costumbres. Creo, incluso, que la situación y el entorno nos están obligando a ello. Unos meses confinados y unos cuantos limitados hacen que te replantees muchas cosas.
Somos una sociedad, en general, que se relaciona bastante en la calle ¿no? Bueno, o tal vez se relacionaba. Un conocido que tiene un negocio de hostelería ya me apuntaba ese cambio que intuía, al hilo de lo que decía antes. No es descabellado pensar que más de una persona ha descubierto la cerveza en su terraza... aunque la socialización sea otra (ay esas videoconferencias).
Otro de los aspectos puede ser el deporte. El deporte espectáculo sobre todo. Meses sin fútbol pueden demostrar que se puede vivir de otra forma. Oía al dibujante navarro Oroz que eso del fútbol sin público es como un sucedáneo.
Porque tal vez se hayan acabado los tiempos de vacas gordas en la élite (lo de la base, sigue en estado crítico yo creo, desde hace un tiempo, como los deportes digamos que no mayoritarios). Aunque leas noticias sobre sueldos de futbolistas que te llamen la atención, como tuiteé en su momento.
"La realidad del fútbol no son Ferraris sino jugadores cobrando 3.500 euros al mes" https://t.co/I8Wlukeke1
— Iñaki Murua (@imurua) October 7, 2020
¿Y cuál es el sueldo medio de una persona, digamos, normal? ¿o que cobra una persona recién graduada?
Y todo el negocio que se mueve en ese entorno deba preguntarse qué puede pasar en el futuro, que alguna pista ya hay (algo leí en El Correo sobre los recortes de las marcas deportivas que llegaban ya a los vestuarios de las "figuras"; sobre los tijeretazos de la UEFA que trasladará a los clubs...): ¿Otra burbuja que explotará? ¿Cambiarán las prioridades? ¿La distancia fisica acabará siendo social... y el olvido?
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