Sorpresas matutinas... y no todas agradables

Vas un día y decides madrugar para ir a primeras horas del día a la playa a pasear. Intuyes que apenas habrá gente, escucharás el ruido de olas, verás las primeras luces... Incluso cuando llegas consigues una foto con la luna a punto de irse reflejándose en el mar, una especie de rincón de la luna.


Aciertas con lo de poca gente. Apenas los operarios de limpieza, poniendo a punto el arenal. Pero te espera una desagradable sorpresa: no estás solo. Porque no contabas con las gaviotas. Supongo que es normal. Que cuando no hay mucha gente, como sucedió en el confinamiento, recuperan espacios. 

Pero es que entre la ornitofobia que creo padecer, comentarios que te han hecho sobre el comportamiento de estas aves, el recuerdo de aquel hilo de Juan Ignacio Pérez Iglesias aka @uhandrea sobre las gaviotas (era ciencia ficción, espero)... Pues vuelta atrás. Y a ver el mar desde el paseo. Allí todavía no han llegado estos animales (sí más de un "perrito" suelto, pero ésta es otra historia).

Por cierto. Leo que la ornitofobia tiene que ver con alguna experiencia negativa. Pues no la recuerdo.


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