Sin razón aparente para un silencio bloguero

Pues no se trata de una especie de astenia primaveral bloguera (el segundo adjetivo se lo pongo yo, jeje) lo que hace que ande poco activo por este txoko, ni de una decisión consciente de desintoxicación/desconexión de redes e Internet tras el empacho del confinamiento, ni que no tenga nada que contar (incluso tengo algún texto pendiente prometido que tendrá aquí su reflejo, espero que en breve). Espero que el irme acercando al 6 en mi calendario vital tampoco tenga nada que ver. O el comprobar que tampoco hay tantas visitas. En todo caso compruebo en el histórico que hay más años en los que junio ha sido un mes con no demasiadas entradas (supongo que la actividad aquí estará relacionada con picos de trabajo). 

A veces apunto, mental o físicamente, tema de entrada. Pero no llega ni a borrador: por falta de tiempo, por no ver luego claro el desarrollo, por haber escrito ya sobre el tema, por darle un par de vueltas más a lo que te voy a contar, por haber perdido actualidad...

Dominio público
Algo así me pasó tras leer un tuit del periodista Juan Ramón Lucas (no le sigo, pero me llegó porque le gustó a Lola Pons) sobre la monarquía... En caliente pensé en responder (no monárquicos pero antes juancarlistas, ahora felipistas... ¡menuda filfa!), luego pensé si era ironía (difícil de entender en Twitter, creo yo), si buscaba provocar a la vista del montón de comentarios de todo tipo que recibió... Incluso pensé en escribir una entrada. Luego leí lo de la luna de miel de los actuales monarcas y el destino de la asignación retirada al campechano padre suyo (¿cómo era lo de la mujer del César?), pensé en si repetirán en 2020 lo de entonces (viaje por España y vacaciones en quién sabe dónde pagadas de aquella manera...) y recordé un comentario que me hizo Oiane en aquellos tiempos de radio al hilo de algo que dije sobre Urdangarin (que algo habría visto en casa, o algo así).

Ah ¿que no iba a escribir sobre ello? Pues creo que ya lo he hecho. Que a buen (buena) entendedor (entendedora) con pocas palabras (que no palabros)...

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