Cada maestrillo... sus habilidades
Conocía la faceta musical de Marino Sáiz, a menudo violinista y acompañante de muchos cantautores (como del gallego Suárez o de Tontxu en su último libro-disco), aunque sin dejar a lado sus propias composiciones y actuaciones. El otro día, sin embargo, leía en El Pais que también es profesor, y que utiliza la música en sus clases en educación primaria. Por otra parte, también he sabido de Xuxo Ruiz Domínguez, un profesor que utiliza la magia, tal y como leí en la revista Educación3.0. Seguramente habrá más ejemplos, y muchos de ellos relacionados con la emoción y el sentir. Sin ir más lejos, leí a María Méndez lo de learning by feeling , que incluso ha tenido su versión en euskera (sentimenduen bidetik ikasi) relacionado con la enseñanza-aprendizaje de lenguas.
Con Marino Sáiz, al acabar un concierto de Suárez en 2015 |
Es de suponer que será difícil (más bien, casi imposible) conseguir el nivel de Marino o Xuxo en sus campos artísticos. Pero cada profe conocerá sus fortalezas y sus debilidades, sus habilidades y conocimientos. Mejorar será un reto, claro; ampliar las competencias, en otras palabras, aunque no sea tarea sencilla. Asimismo, me parece que hay otro aspecto a considerar cuando estamos ejerciendo nuestra tarea docente en una institución educativa: me refiero a la coherencia de la propuesta educativa al alumnado.
Andaba en estas reflexiones, cuando leí el reto al que se enfrentaba Toni Solano: que sus alumnos de ESO le enseñen a tocar la flauta dulce. No creo que llegue al nivel del flautista de Hamelín, ya que estamos con música, magia y emociones, pero sí que percibo otra forma de motivación. Y eso también es magia y emoción.
Sarrera honen bertsioa euskaraz, Ikasle eta Irakasle blogean argitaratu zen.
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