Actuaciones en directo y público
Leía en la prensa local un reportaje sobre locales de la Villa que ofrecen música en directo en pequeño formato. Recordé, de paso, ese post que escribí sobre dónde se podía hacer, que incluso me supuso una (corta) entrevista en radio.
Y pensando sobre esos conciertos, esas aventuras, porque incluso en aquél que estuve de Rebeca Jiménez me pareció que no hubo mucho gente, me encontré con una reflexión escrita por Marta Solís en su muro de Facebook, que recojo aquí con su permiso.
--Crónica de un éxito anunciado (o 9 son más que suficiente)--
Lo que ocurrió anoche en el Café Quilombo me ha hecho reflexionar profundamente. No porque haya sido una situación insólita para mí o para muchos de los que nos dedicamos a crear e interpretar música original, sino porque creo que ya es hora de mostrar la CRUDEZA de la realidad a la que nos enfrentamos.
9 maravillosas personas asistieron anoche a escucharnos en este acogedor espacio sito en el centro de La Orotava. Hace tiempo que trabajo en la aceptación de este tipo de hechos, y, de hecho, es reconfortante comprobar que esto no le afecta a mi ilusión, voluntad, coraje (que quizás debería llamar "fuerza kamikaze"), en incluso a mi interpretación en directo.
Estas 9 almas generosas se comprometieron anoche con la música en directo. Me consta que disfrutaron, se emocionaron y, en contrapartida, nos emocionaron a los que estábamos sobre el escenario. En definitiva, logramos esos momentos en los que una sólo quiere sentir y "hacer sentir" y conseguimos tocar/cantar mejor que nunca.
Fue todo maravilloso, al igual que el acogimiento de los anfitriones de la sala, Becky y Nolo, que lograron hacernos sentir como en nuestra propia casa, logrando tener un sonido cálido, preciso y de calidad.
¿Y ahora qué? - ME PREGUNTO. No escribo estas líneas esperando mensajes de ánimo, y tampoco para que mis amigos o conocidos se justifiquen por no haber podido ir.Lo único que pretendo es VISIBILIZAR este hecho concreto que se repite en esta isla más de lo que nos imaginamos y que, supongo que por temor del "qué dirán" no suele salir a la luz. Habrá que preguntarse por qué pasa pues... Habrá que preguntarse ¿Y SI Yo VOY AL PRÓXIMO CONCIERTO?
Sólo les pido coherencia y sinceridad en las redes (y en la vida).
GRACIAS A LOS QUE ESTÁN. Gracias a ese equipo maravilloso que me acompaña (Mon Cabrera, Román Brito y Laura Brito). Gracias también a los que se hayan podido sentir incómodos leyendo sobre los "tropiezos" ajenos (espero que no haya muchos por aquí). Buena señal.
Un abrazo fuerte. Marta
En este sentido, comentaba con Marta que en mi vida como coralista he visto de todo. Como aquella vez, en la que en un ciclo de música nos tocó acudir a un pequeño pueblo alavés, y como quiera que nevaba (no mucho, pero había nieve) no estaba ni quien nos tenía que abrir la puerta de la iglesia. Cuando conseguimos, y algún coralista dijo que total para qué cambiarnos si apenas habría un par de personas, Andoni Arregi le indicó enfadado que era igual, que íbamos a actuar de manera seria independientemente de cuántos asistieran.
Pero no es fácil. Y no me refiero a quienes llenan teatros (o Bizkaia Arena) con antelación, sino a esa música, cercana y necesaria ¿no?
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