Olimpiadas... y efectos colaterales.

Acaban los Juegos Olímpicos de Río. Ha sido una etapa esta del mes de agosto en la que he practicado el sillón-ball; ya tuiteé que también podía convertirse en disciplina olímpica.

En ese mismo entorno y contexto, me gustó el tuit de Iñako Pérez Iglesias aka @Un_tal_Perez, sobre olimpiadas y nacionalismos.

En una línea similar, escribía Mar Galindo aka @marecica una serie de tuits, sobre el seguimiento que se hacía desde la tierra natal de cada uno y el apoyo que se le daba a un deportista en concreto, y la diferencia si aparecía "catalán" en ese caso. Porque lo de tener que elegir (en hipotético) es una cuestión que se plantea, con cierta asiduidad, a deportistas de élite, como sucedía con Ona Carbonell.
Hay quien directamente, como Leonor Quintana, ha puesto en su muro de Facebook, reflexionando sobre lo que es un logro personal y uno nacional (y levantó cierta polémica, por cierto)
"Realmente, no sé qué sentido tiene tocar el himno nacional en la entrega de medallas de los JJ,OO... (Bueno, sí, pero no estoy conforme, ejem)... Para servidora son has. admirables de superación personal y poco más... Un ejemplo: El simpático Rafa Nadal tiene menos que ver con mi vida que el afgano que revuelve nuestro contenedor de basura..."
Mira que me parecen curiosos los cambios de nacionalidad, que con frecuencia y por diversas razones se producen, y las situaciones a las que se llega, como, por ejemplo, la del atleta cubano nacionalizado español que andaba liado con la bandera a enseñar. O el de unos hermanos que competían bajo banderas distintas. O el andar buscando relaciones, como que el padre de Bruno Hortelano es de Bilbao y le contaba la bajada del Athletic en gabarra por la ría, que haya un Iñaki en la selección canadiense; por cierto, ¿nadie se ha fijado en que la abuela y primera entrenadora del hispano cubano Orlando Ortega se apellidaba  Echevarria? (ya puestos) 

Y, en medio de todo el "espíritu olímpico", nos hemos topado con comportamientos forofos, tanto en el público (no extraña), como en los comentaristas, al menos algunos de los de RTVE (tampoco extraña). No me extraña que haya quien haya escrito de "Catetos olímpicos" o quien evite el sonido en las retransmisiones como Jon Rivas, Y, es que en el fondo, subyace ese espíritu nacionalista que comentaba antes, no sé si como efecto colateral de los Juegos Olímpicos y su espíritu (que tampoco creo que incluya el negocio o la reventa de entradas). Vamos, que es algo así como un "Gora gu ta gutarrak!" (viva nosotros y los nuestros) 

Comentarios

  1. La entrada ha sido recogido en la web Desmarque Bizkaia, dentro del apartado "Firma invitada"

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