No pudo ser

Recuerdo uno de los dichos de mi madre: días de mucho, vísperas de nada. Y es que así he sentido el fin de semana pasado en la vieja Catedral, tras el "homenaje a las madres" adelantado al viernes en Vigo: esperanza de ver grandes partidos, de triunfos rojiblancos, del Bilbao Athletic en su lucha por ascender a 2ª división y de las leonas para conseguir un nuevo título de liga... y nada. Siempre quedará esa visión optimista con la que acaba su post el maestro Latxaga, tras el partido matinal del domingo: 

La mujeres constituyen el cincuenta por ciento de la población, les gusta y practican el fútbol y son del Athletic. Así de sencillo y así de natural. Y eso es mucho más importante que un contratiempo deportivo puntual, por muy doloroso que sea. Los títulos seguirán llegando y el Athletic seguirá haciendo historia.

Fotografía de la web oficial del Athletic Club

Muchos niños y niñas, en una primera y seguramente última visita para muchos de ellos al histórico San Mamés. Más de uno y de dos a hombros de mayores. Y resultó curioso escuchar a dos de ellos, de los pequeños me refiero que iban a hombros, animando al Athletic a gritos, con sus medias lenguas aún, mientras esperábamos a que el semáforo se pusiera en verde. Así que un público diferente al habitual, que se notaba en el tono de los gritos de apoyo. Y una oportunidad más para ver que el libro de estilo hace falta, que nos quedamos cortos en el estilo y variedad.  Los del Alavés, más hechos en edad que estos y estas txikis, y bien agrupados en la Tribuna de Ingenieros dieron alguna pista... además de acallar en casi todo momento a la afición rojiblanca.

Hablando de ánimos; no me gusta que se pite a la afición contraria cuando anima. Sucedió el sábado, con la contraria pitando a la local además, y el domingo, con pequeña parte de la local a el grupito de hinchas blaugranas bajo el marcador. En mi opinión, que cada cual anime, y si quiere acallar al rival, que grite más y más fuerte... si puede.

Sí me gustó la pancarta de homenaje a San Mamés que apareció en la grada de la hinchada albiazul. Un detalle que se agradece, más todavía cuando las relaciones en los últimos tiempos no han sido lo cordiales que, entiendo, debieran ser. En ocasiones, tampoco vendría mal un pequeño ejercicio de memoria.

Fotografía del El desmarque Bizkaia

Trabajadores que doblaron, como Jabotxa (el sábado de sport, el domingo de traje), Pereda (de traje los dos días y me pareció que de delegado de campo el sábado), la chica rubia de Prosegur en su lugar habitual a la entrada de vestuario, el responsable de seguridad -a quien tanto gusta sacar fotos-... Por cierto, ante el desastre organizativo del sábado, con las puertas de tribuna principal baja cerradas al estar llena la localidad y sin abrir las de alta, con muchas personas quejándose, respondió aquél que no era de su competencia. Como dijo un enfadado espectador, igual si pegaba unas patadas en la puerta sí era de su incumbencia. Ah, empezado el partido ya, optaron por abrir a todo correr... 

A la (triste) salida del domingo tras el partido observé una aglomeración en la zona de los nuevos accesos a Bilbao, casi a punto de abrirse. Mientras me preguntaba por la razón, entendí: la "culpa" era de un señor vestido con un chandal (Adidas, creo) que arrastraba tras de sí casi tantos niños como el Flautista de Hamelín. Sí, era Marcelo Antonio (Bielsa), quien debió de salir andando del campo y se sacaba fotos, una tras otra, afable, con quienes se lo pedían. Según me dijeron, iba en dirección a la sede de EITB, que sé de quien salió corriendo en busca de una instantánea. Lo logró pero no le respondió el rosanino su tradicional "carajo" ¡Cachis, qué buena oportunidad perdí!

Nota: los comentarios cambian, pero, quizás como anticipo de futuro cercano, la libreta no estuvo tras el banquillo. Claro que, vista la disposición de los seguratas, tampoco hubiera podido. Curioso que no dejaran a los y las asistentes acercarse al campo, salvo un grupo en la preferencia de Misericordia.