Militares y tareas

 Reconozco que mi conocimiento del ejército es limitado, de cuando hice la mili (ese servicio que hay quien comenta que debiera volver, por cierto, como apuntaba por junio). Además, mi mili fue peculiar. De todos modos, por lo que vi, no creo que como organización, o incluso ideología, haya evolucionado demasiado.

Soy de quienes no entienden demasiado bien que quien desde el sector público deba atender emergencias sea una unidad militar. Por cierto, hace no mucho he leído las reticencias que había en los altos mandos del ejército a su creación (en El País, en artículo para suscriptores: "El acta secreta de la tensa reunión de la cúpula del Ejército en la que se debatió la creación de la UME"). Mis dudas van por otro lado, aunque sí coincida en si es ésa (o debe ser) una función del ejército. Ejército, paz... no sé si casan demasiado ("si vis pacem, para bellum"?) Ya puestos; ¿y los cascos azules? ¿fuerza de paz?

Desde esa óptica, me sorprenden nombramientos de militares (y más si están jubilados) para cargos políticos como ha sucedido en la Comunidad Valenciana. Reconozco que no sé mucho sobre quién han nombrado pero, leído un resumen sobre sus escritos y andanzas por la Red ("'El arte de mandar bien',por Gan Pampols: el libro y los tuits de un teniente general que será vicepresidente con Mazón", de Laura Martínez en eldiario.es), no es para estar muy tranquilo. Si algo me quedó claro en el ejército fue la estructura jerárquica (como, en no pocas ocasiones, sucede en la Administración en general). Así, es difícil que se formen equipos eficaces y el liderazgo se entiende de otra manera. Lo de la "élite ajena a la partitocracia" que parece defiende la persona en cuestión, me recuerda a otros tiempo, a tecnócratas en tiempos de dictadura, sin ir más lejos. Claro que, utilizando el título del libro de Joaquim Bosch, la patria en la cartera, que ya se ha encargado Mazón de eliminar topes salariales para altos cargos.