Hiperconectados... a todos los niveles

Es un hecho que me viene llamando la atención. Y lo he leído en el libro ¿Hiperconectados? de Jordi Jubany, del que te hablaba hace poco.
Los viajes están llenos de anécdotas, de experiencias y de escenas cotidianas. Por Europa, Montse ya no se sorprende de ver mendigos sin recursos que utilizan el móvil.
No sé si ese personaje, Montse, habrá venido por el Botxo últimamente, o lo habrá visto por el sur de Islandia, o somo también europeos en eso, pero este fenómeno lo estoy viendo por aquí últimamente: una mendiga, sentada a la entrada de un supermercado con el cartel de rigor pidiendo dinero, que habla por su móvil (no parecía de última generación, pero bueno); una persona bajo un puente, entre cartones, que está haciendo lo mismo; un homeless, de los que duerme en los cajeros, utilizando su teléfono en ese mismo lugar y otro en la plaza de Basurto (hay wifi municipal) con un smartphone. 

Así que me asaltan un montón de preguntas, entre la brecha digital, el uso extendido de las tecnologías, que tener un teléfono móvil sea una necesidad tan grande... Y supongo que, de ser, serán de prepago, ¿o hay alguien que paga las facturas? ¿y cómo y dónde se recargan, si son personas sin casa?

Fotografia: Mikel Iturria aka @iturri

Txiroak bai, baina segapotoa aldera utzi gabe. Nik Bilbon ikusi dut behin baino gehiagotan azken boladan... eta Jordi Jubanyren liburuan pasadizo gisa edo irakurri, gainera. Hainbat galdera sortarazi dizkit egoera hori ikusteak. Izan ere, etxerik gabe ere, badirudi mugikorra leizean sakonago ez erortzeko moduetako dela askorentzat, jauzi digitalari ere nolabait aurre egin nahi izatea. Eta deigarria zait non eta nola kargatzen dituzten bateria horiek, edota faktura nork eta nola ordainduko duen.

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