Un sobresaliente especial

Quienes somos padres y madres sabemos que cada edad de los hijos tiene sus cosas bonitas y sus problemas añadidos. Cuando llegan a la adolescencia parece que el fiel de la balanza se inclina hacia la segunda parte, porque en muchas ocasiones es difícil (con)vivir con adolescentes.

Tengo que reconocer que ayer mi hija de 15 años me sorprendió. Me empezó a hablar con entusiasmo de lo que están haciendo con su profesora de ética, que ha llevado al aula a personas emigrantes de otros países para que les cuenten sus experiencias, de que muchos de sus compañeros están dispuestos a colaborar con una ONG, que el domingo iban a ir...

Zorionak a la profesora y ánimo a los chicos y chicas. Ojalá que todos los sobresalientes no sean en conocimientos.