to twit or not to twit, that is the question
...edo "txoritegian egoteko" bide bakarra ez delako twitter, erreminta honek aukera interesgarriak eskaintzen dituelakoan nago. Eta telebistan egindako probara iritsi gabe ere, azken boladan burututako zenbait ekitaldi dut gogoan.
Aunque hoy no pretendo plantearte cuestiones tan trascendentes, como el tener y el ser por ejemplo, sí creo que voy a tocar un tema que, cuando menos, comienza a ser discutido. Porque, en estas últimas semanas estoy asistiendo a distintos actos en los que ya no sólo hay una pantalla para las consabidas presentaciones, (con cierta frecuencia todavía "pobrepoints") sino que también existe una segunda donde se proyectan los comentarios en twitter que se realizan sobre la sesión en cuestión, tanto quienes están en modo presencial como por la Red, utilizando para ello las etiquetas o hastags correspondientes Así sucedió en el curso de verano en el que participé y así se ha realizado en Edublogs 2009, celebrado la pasada semana en Getxo.
Foto de Tehen en Flickr
Bueno, corrijo. En Getxo ha sido motivo de discusión entre los participantes, y no solo por la etiqueta a emplear; ha habido distintas posturas, desde la de los de Tres Tizas, que en esa presentación "divina" que realizaron sobre el proyecto "Manzanas Rojas" solicitaron que se apagara la pantalla hasta la de Boris Mir, que "nombró" a un "colaborador" para el seguimiento de lo que se decía, digo escribía ;-) además de fijarse de vez en cuando en lo que aparecía en la pantalla.
Y es que las críticas que yo he podido escuchar se refieren a la dificultad de seguir lo que se escribe y atender, a la locura que supone tuitear con quien está a tu lado, la dispersión o que quien esté en el auditorio se puede despistar y dedicar a otras "tareas" si se aburre. Confieso, como podrás suponer, que no soy muy objetivo, porque suelo ser de los que, si puedo, enciendo el portátil y, entre otras cosas, como tomar notas o consultar webs que se citan en una intervención, tuiteo.
La dificultad de seguir un canal más la entiendo, sobre todo si falta costumbre, aunque también depende del tipo de intervención que se trate; es decir, si es una de tipo magistral dará más opciones de tiempo para tuitear que si es una sesión del tipo taller. Pero lo de la dispersión o la distracción no lo comparto. Porque, veamos, ¿quién no ha dibujado o garabateado porque se aburría? ¿o mandado notas a alguien o charlado en voz baja? ¿o incluso se ha quedado pensando, con la mirada perdida o mirando por la ventana? (o sea, eso de estar en Babia o estar pensando en las musarañas, vamos)
Quizás, además de las posibilidades y usos que se nos puedan ocurrir, que hasta se han hecho pruebas en televisión, quien comunique tenga que estar al tanto de estas nuevas señales de desconexión que emite el receptor o receptora del mensaje. Si no nos planteamos prohibir llevar papel y bolígrafo o escribir o que las sesiones se realicen en locales sin ventanas, será parecido con el uso del ordenador y de twitter ¿no?
En realidad la pantalla adicional suele ser una "frivolidad", porque por lo general los eventos no son 2.0, ya que aunque tengan Twitter y su(s) hashtag(s), no suelen estar diseñados para recoger realmente las aportaciones externas. Twitter para lo que sirve bien es para llevar afuera los contenidos, como hice -y creo que bien, perdón por el pecado de soberbia :) - en Ikasblogak'09. Si además se quiere u evento netamente 2.0, alguien tiene que haber, en exclusiva dedicado a recoger y reelaborar las intervenciones (preguntas por ejemplo, al estilo de "119 segundos") externas. La pantalla, para empezar, no puede mostrar todos los tamaños de letra que serían adecuados para todos los aforos, y quien le interese seguirá el movimiento en torno al hashtag en cuestión desde su propio ordenador. Eso sí, luce un montón.
ResponderEliminarBueno, me siento un poco culpable porque yo era uno de los que tuiteaba en la distancia (y además, era mi primera experiencia de backchannel). Creo que esta práctica debería ser consensuada con el ponente y tendría que avisarse en el canal correspondiente, porque quienes tuitean no tienen por qué saber que sus palabras se proyectan en tiempo real en las pantallas. Imagino que pronto habrá un protocolo o netiqueta al respecto.
ResponderEliminarUn saludo.
Probablemente, M@k, en este momento sea un tipo de moda, hasta que se vaya integrando realmente o de un modo más efectivo. Algo que apuntas tú, Toni.
ResponderEliminarY yo también he sido de los que he tuiteado, aunque no sé por qué, no aparecian mis mensajes en twubs (antes de que me lo digáis: ponía bien la etiqueta, yo sí lo veía en mi twitter...)
Es posible además, que uno de los usos sea abrir la participación a quienes están siguiendo un evento vía streaming, como alternativa mejor a otros sistemas de chat/mensajería instantánea.
Tengo que iniciarme es eso del Twitter, aún no lo he probado, pero no veo mayor pega en dejar utilizarlo a quien quiera. Otros, como dices, se distraen de otra manera y nadie protesta o les llama la atención.
ResponderEliminar¿Cómo era aquel anuncio de tónica, Gontzal? :-D
ResponderEliminarUn post muy interesante, así como las observaciones de tus comentaristas.
ResponderEliminarEsta posibilidad de ir comentando en tiempo real la participación de un ponente es algo nuevo y dará mucho que hablar.
Supongo que la capacidad de mantener la atención sin dispersarse excesivamente dependerá de cada individuo, bien sea emisor o receptor de los mensajes o ambas cosas a la vez... No sé.
Saluudos.
Soy Carlos, de Tres Tizas. No estoy en contra -¡Dios me libre!- del uso del tuiter, sino de proyectarlo sin haberlo –como apunta Antonio- consensuado antes con el ponente. En nuestro caso no hubo ningún problema en la comunicación de las jornadas de Edublogs: pedimos que no lo proyectaran y así lo hicieron, sin más. Aunque… ¿no tendría que haber sido la organización quien nos pidiera permiso para proyectarlo? En efecto, Antonio, de nuevo cuestión de protocolo (¿te pregunto si te importa que fume… o fumo y luego, si te molesta, me pides que por favor deje de fumar?)
ResponderEliminarComo M@k, pienso que la pantalla en el caso que nos ocupa era una “frivolidad”, pues se trataba de una exposición “clásica”. Y con apenas cinco minutos para preguntas del público presente. En este tipo de comunicaciones, creo que proyectar el tuiter puede dificultar la atención de parte del público (no creo que leer y escribir –salvo la escritura automática- sean actividades comparables a dibujar, y mucho menos creo que se permitirían proyectar los dibujos de los presentes en una pantalla, aunque todo se andará)
Por otra parte, no me convencen mucho todavía los usos didácticos que veo y leo que tiene el tuiter (
aquí, aquí o aquí, pero estoy abierto y expectante.
No creo que se le pueda sacar mucho jugo pedagógico con los alumnos, pues no creo que facilite la reflexión, ni la mejora en la competencia comunicativa, ni la adquisición de conocimiento (que no de información); pero tal vez sean prejuicios de profe de lengua. Pero un profe ni apocalíptico ni integrado, así que ojalá me equivoque y al tuiter se le puedan sacar chispas en educación.
Aunque lo cierto es que un tanto por ciento muy alto, altísimo, de los tuiteos me sobraban, eran lo que en comunicación llamamos “ruido”: no me interesa si tal persona se ha afeitado el bigote, si alguien ha tomado café al lado de Potachov o si determinado ponente está usando prezi en lugar de powerpoint.
Tampoco me gusta la “filosofía” de “seguidores”, creo que otros medios facilitan más la participación reflexiva e igualitaria (tertulias, grupos interactivos, otro tipo de redes sociales…).
Por último, estoy de acuerdo en que el comunicador tiene que estar alerta a señales como bostezos, miradas por la ventana, toses, etc. (los cuadernos y el portátil, en cambio, se pueden usar para tomar notas; el ponente no puede controlar si se usan con otros fines). Pero es más democrático y ofrece unos resultados más fiables esperar a una valoración final de todos (oral, a través de papel o la red), a que unos cuantos tuiteros que se aburren puedan proyectar sus opiniones durante la charla. Y si la asistencia es voluntaria, el que se aburra o no encuentre nada atractivo en la comunicación se puede marchar.
Perdona por haber abusado de tu blog con un comentario tan extenso.
Un cordial saludo, Iñaki.
En primer lugar, daros la bienvenida a este txoko, Leonor y Carlos.
ResponderEliminarComparto buena parte de tus reflexiones, Carlos, en cuanto al ruido y el peso de los comentarios, por ejemplo; o a qué valor tiene proyectarlos o no. Es más, también estoy sorprendido por el auge del piar del pajarito este. Veremos lo que da de sí.
Añado a lo que mi compañero Carlos dice -como miembro de Tres Tizas y como organización también- algunas ideas. Como organización: lo cierto es que nadie más pidió que se suprimiese el pajarito, aunque sí hubo comentarios de pasillo contrarios a su uso; quizá convenga preguntarlo en futuras ocasiones, pero tampoco se preguntó por el Streaming, por ejemplo, y quizá habría gente que le molestara más.
ResponderEliminarComo tresticero: respecto al Twitter, sólo añadir que el que suscribe sigue sin saber muy bien para qué sirve, desconoce sus usos pedagógicos -a pesar del Microblogging de Néstor en Primaria- y que creo que ya sé por qué no nos gusta twittear a casi todos los de Lengua -perdón, Toni-: porque nos gusta escribir, nos gusta seleccionar las palabras, redondear el mensaje sin imposiciones de 140 caracteres y disfrutamos leyendo y escribiendo un buen texto, no un texto pequeño, limitado o inmediato, no; un buen texto..., independientemente de que lo consigamos o no.
No había caído en lo del streaming, Marcos. Y ahora recuerdo que en una ocasión, al menos, la organización decidió no hacerlo aunque técnicamente estaba todo preparado.
ResponderEliminarCon lo de los usos... igual tenemos para unas jornadas (yo lo sigo viendo más como medio de comunicación). Y en cuanto al texto de 140 caracteres... también puede ser un buen texto ¿no? ;-)
Igual haya que aprender a construirlos.