Recomendaciones y reconocimientos

Soy de las personas a las que gusta informarse antes de ir a un lugar, como pueda ser un hotel o restaurante. Antes las fuentes no eran tantas, como ha pasado en casi todos los aspectos de nuestras vidas: comentarios tipo "boca a boca", críticas y recomendaciones --escritas, por lo general-- de personas consideradas expertas. Pero con el tsunami informacional de Internet, las posibilidades se han multiplicado, tanto de leer como de opinar. Yo, lo suelo hacer, en plan prosumidor: leo opiniones --y las valoro por mi cuenta-- y también doy las mías, como te contaba en agosto

Por otra parte, en los establecimientos pueden verse resultados de estas críticas; esa especie de medallas, insignias... hoy, tal vez, diríamos badges. Me refiero, sobre todo, a carteles y pegatinas que ponen a la vista. 

Leo Reynolds en Flickr

Ahora bien, ¿y cuándo se han quedado obsoletas esas buenas recomendaciones? Porque si ves que es reciente, te anima, pero... ¿y si es de hace cinco años o más? Yo, al menos, dudo; ¿qué habrá pasado para que no pongan más? ¿será la falta de sitio? (no creo) ¿la dejadez? (de no retirar lo ya puesto; otra mala señal). En este caso, mi recomendación es clara: quitar lo que, parece, son recuerdos de tiempos pasados, al parecer mejores. O fue bueno... mientras duró.

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