Doctorado honoris causa

 Recuerdo que cuando andaba finalizando y después de culminar mi camino al doctorado había quien me decía, no sé si en serio o en broma, a ver si era un doctorado honoris causa. Solía responder que no, que era "currelis causa", que mi trabajo, mis horas y dineros me había costado; incluso creo que esas hernias que me acompañan (y a veces se manifiestan) tienen algo que ver con el peaje.

Me he acordado de ello estos días tras saber que iban a investir de esa manera a Irene Vallejo en la UNED (ya lo han hecho). No sé el proceso que se sigue para acordarlo, pero me parece merecido.

Ahora bien. Hay otros casos en los que me surgen más que dudas, como con cierta persona, aunque dicen que estaba (o estará, digo yo) muy preparada; supongo que sabrás a quién me refiero. Y es que cómo no recordar también que Mario Conde recibió la distinción en 1993 por la Universidad Complutense de Madrid en un acto presidido por el rey, nada menos. La condición le fue retirada en 2016.  Jordi Pujol tiene más de un honoris causa (y de dos), según ABC al menos. Curioseando un poco, en CincoDías en ese 2016, se referían a casos que han acabado en horroris causa; en El Mundo, como "los (des)honoris causa" ("los galardones más controvertidos avergüenzan a la comunidad universitaria española").

Pxhere CC0


Comentarios