Alguns apunts després de tornar de Barcelona

Había estado un par de veces en Barcelona, en visitas muy rápidas. Esta Semana Santa, en cambio, hemos pateado la Ciudad Condal en viaje familiar. Aquí van algunas de las impresiones en notas a modo telegráfico, que bastantes guías hay.
Me ha sorprendido 
  • la estructura de la ciudad, con esas calles tan largas (ahora entiendo que no dijera nada concreto cuando dije que iba a estar en la Avenida Diagonal, sin más, jejeje). Estructura que se percibe de modo claro cuando se sube a alguno de los puntos altos del entorno. 
  • la cantidad de rosas por Sant Jordi (con esa floristería que parece abre las 24 horas).
  • mucho carril-bici, que me ha dejado con las ganas de alquilar una.
  • la oferta de museos y el número de mercados.
  • que todavía existan trileros (los de Las Ramblas, en versión Europa del este)
  • el precio de los cafés (por caros, en general)
  • la edad media de quienes bailaban la sardana el domingo por la mañana frente a la catedral.
  • la cantidad de gente que visita el Camp Nou.
  • encontrar una calle dedicada a Sabino Arana.
Me ha gustado
  • pasear y callejear.
  • la variedad y riqueza de espacios y edificios. 
  • la tienda de reciclaje Vaho en el Barrio Gótico (Pl. Sant Josep Oriol, junto a la del Pí)
  • el trato de algunos camareros y camareras (como el del Bubóbar, o el del Bar Bodega Costa Brava )
  • que la primera palabra (y en ocasiones la segunda) sea en catalá, aunque a veces no entendiese.
No me ha gustado
  • las aglomeraciones de turistas (vale, contaba con ello) 
  • las tabernas pseudo-vascas (honrosa excepción para Baserri)
  • que algunos locales de hostelería que pensaba visitar estuviesen cerrados por vacaciones.
  • tanto andamio y obras en los monumentos.
Y supongo que volveré, ya que además probé agua de la fuente de Canaletas ;-)
(en ese caso, avisaré, que esta vez no he dicho a nadie que iba, para evitar problemas de agenda, jeje)

Comentarios

  1. Con lo que me gusta a mí Barcelona... ¡qué envidia! Los carriles bicis y el montonazo de bicis que hay para "alquilar" es una pasada.
    Y lo de las pseudo-tabernas vascas... no tiene desperdicio. Sobre todo me encanta esa "gran" tradición vasca de contar los palillos para saber cuántos pintxos has comido. La primera vez que me lo dijeron me insistían en que "sí, pero allí lo hacéis así, ¿no?". Y no sé a ti, pero a mí nunca me han pedido los palillos de los pintxos que me he jamado :)

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  2. Jajaja, Guillermo, esa costumbre debe ser de algún otro territorio histórico. A mí, solo en esas tabernas vascas

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