Ojo con tus fotos

 Casi siempre tenemos una impresión que estamos controlados en la Red. Hay quien piensa, incluso, que nos vigilan a través del teléfono. No tengo datos para afirmarlo o negarlo; tampoco soy de quienes tienen tapada la cámara de su portátil... o de su teléfono, que esto es menos habitual. Pero un artículo en The Conversation ha hecho que me vuelva a pensar lo que comparto. Aunque, también es cierto, que hace tiempo que vendí mi alma al diablo, que en Internet ya sabemos cómo pagamos lo que, supuestamente, es gratis. 

He recordado que en un curso que di sobre iniación al uso de Internet me dijo una alumna que yo tenía muchas fotos colgadas. Le dije que sí, pero que a ver si sabía si estaba casado, si tenía hijos... a partir de las mismas. No supe responder y le indiqué que trataba de enseñar qué parte de mí quería enseñar; y eso que siempre no es posible, que en más de una ocasión ponen una foto tuya (e incluso te etiquetan) por ahí sin tu permiso.

He leído la entrada "Los algoritmos adivinan cómo somos o cuánto ganamos solo con analizar nuestra foto"; sus autores son Daniel García Torres, Cesar Fernández Peris y Asunción Vicente Ripoll, de la Universidad Miguel Hernández. En la misma cuentan un experimento hecho: analizar una fotografía personal mediante la herramienta TheySeeYourPhotos, Como señalan, "una sola imagen es suficiente para que una máquina construya una identidad compleja y procesable de un individuo".

O sea, que los algoritmos de inteligencia artificial pueden —o pretenden— inferir datos muy sensibles de nuestra persona (edad, ingresos, ideología, nivel educativo…) simplemente a partir de una imagen facial o una fotografía personal. En esencia, una sola foto que subimos a la red ya contiene mucho más de lo que creemos: gracias a análisis de patrones, rostros, micro-gestos, contexto visual, estos sistemas intentan construir perfiles completos sin que necesariamente lo sepamos o lo hayamos autorizado. 

Geralt en Pixabay

Yo he hecho una prueba con la herramienta que comentan. Ha acertado en algunas cosas, evidentes; en otras no (presupone que gano bastante más de lo que hago en realidad, por ejemplo; tampoco acierta mucho en cuanto a la línea política). Y de las posibilidades de consumo que plantea, alguna se acerca. Pero sí que asusta.

En resumen, El hecho de que puedan deducir tanto de nosotros con tan poca información (una foto) exige que reflexionemos sobre qué datos estamos ofreciendo, quién los utiliza y para qué fines. Ni te digo ya si analiza una secuencia o un perfil.

Comentarios