Entre días D anda la cosa

Andaba dudando si escribir algo sobre la final de la Copa del Rey del día 3 a posteriori puesto que algo ya escribí a priori (creo que no había escrito nada sobre finales coperas con anterioridad hasta ahora).  Sin embargo, sucedieron dos de las cosas que apunté que no me gustaban (que me mosquean en realidad). Tampoco es que me extrañe, claro. 

Por un lado, la aglomeración y los incidentes en la zona de Pozas. Más sencillos de calificar (o de descalificar), aunque tal vez la explicación no sea sencilla: personas con ganas de encontrar un caldo de cultivo adecuado para la bronca, situaciones que está generando la pandemia, por qué no se toman medidas preventivas y se espera a que se organice el lío, irresponsabilidad y/o creencia de que lo del virus no va contigo... No sé, ese que vi saltando de una altura que debía pensar en algo que parece hacen los extranjeros en San Fermín (y ha acabado en el hospital, por cierto). 

La segunda: el viaje de personas VIP, las cuales al parecer no solo cuentan con la invitación (¿todo incluido?) del club sino con la permisividad de las autoridades competentes para saltarse el confinamiento perimetral (yo diría que la razón de desplazarse a Sevilla era de ocio en la mayor parte de los casos ¿no?). El lunes, sin ir más lejos, vi en un programa de televisión, imágenes del respetable (por la cantidad, no por la consideración que tenga a las mismas) número de personas que salían del hotel donde se hospedadan los jugadores del club, dirección al campo supongo. Personas que suben fotos a Internet o han posado en grupo en Sevilla. Algunos de quienes no han ido han ganado puntos en mi ránking particular de consideración; otras personas, ya estaban muy abajo y no hacen sino ratificar lo que vengo pensando de ellas. Sería deseable que la directiva diera cuenta no ya solo de quienes han sido invitados y quienes han acudido (me conformaría con datos generales, algo así como directivos, ex-directivos, ex-jugadores que participaron en el campeonato 2019-2020, jugadores de temporadas anteriores...) sino del costo que ha supuesto para el club ese viaje colectivo VIP. Ah, y alguno también se ha apuntado al viaje con la Real, al parecer, y tuitea con foto incluida (vía Noticias de Alava).

En la previa no escribí de un tercer aspecto mosqueante porque daba por hecho que el equipo iba a competir. Menudo chasco ("gogoaren indarra" dice el himno, o sea, esa fuerza que da la voluntad). La parte positiva: no llegué ni a ponerme nervioso. Admito que la Real supo jugar sus bazas (a destacar ese dominio de balón en la primera parte y el número de faltas realizadas) y aprovechar su oportunidad de gol. Pero de ahí a la incapacidad de los rojiblancos. La presión que tenían los jugadores... no me vale como excusa, lo siento. 

PD 

El otro día escribía Iñako Perez Iglesias aka @uhandrea en su blog sobre su visión del fútbol. Creo que no nos diferenciamos tanto (como escribí en "No es tan fácil de explicar, Athletic"), más allá de que yo sea parte de esa tribu rojiblanca, forofogoitia tal vez.

De momento se siguen viendo muchos balcones con colores rojiblancos. Claro que no sé si es el mejor termómetro o indicador del sentir de la afición (Nota: la bandera de la Real no estaba en el balcón el día 4. Por comentar).




Comentarios

  1. Agian, adina izango da.... baina berriro ados!

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  2. La cuestión es que hay que COMPETIR.
    Y si no se puede ganar, aplaudiremos.
    Pero si pierdes sin competir, eso es otra historia.

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    Respuestas
    1. Totalmente de acuerdo, Iñaki; ésa es la cuestión: competir, jugar, disputar.
      Gogoaren indarra.

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