Nunca digas, Celino Gracia y Chloé Bird
Con esas cuestiones random de Spotify, me llegó otro de los temas del álbum Cuantos violines para decir piano de Celino Gracia, "Nunga digas". Ya había traído por aquí "Ojalá", como canción presentada, además.
En una reseña que encontré en Aragón Musical, apuntaban de esta canción:
entre risas ingenuas aparece la única colaboración del disco, un dueto con la compositora, cantante y actriz Chloé Bird, donde debaten el siempre y el nunca en “Nunca digas”.
Sin embargo, he optado por acudir a la fuente y Celino, otra vez, ha respondido a mi llamada. Esto me/nos cuenta.
"Nunca digas" es un espoleo, una exhortación en favor del siguiente intento, una salva de razones para el optimismo, un puñadito de consejos –si se quiere– para luchar contra ese escepticismo, ese nihilismo que siempre anda al acecho y que, aunque pueda tener razón, nunca sabe qué hacer luego con él.Chloé Bird es una artista a la que seguía y con la que contacté no solo para hacer este dueto, sino para grabar todos los coros del disco. Vino desde su Cáceres natal en un tren lento como una vida, nos enamoró un poco a todos en el estudio y luego desapareció como si hubiera sido una aparición del cielo más que una compañera de trabajos y solfas.
Nunca digas que
el tiempo se ha acabado,
nunca pienses que
no hay nadie en la otra orilla
nunca dejes de
buscar por los tejados
tu empedrado de
baldosas amarillas.
No le vendas ni
una escoba a la nostalgia,
no le ofrezcas ni
lo mucho ni lo poco
que después barre
con todo y nos contagia
del “yo nunca”, “mire
usted, ni yo tampoco”.
Nunca digas que
el amor no es para ti
aunque sumes ya un
sinfín
de pequeños desencantos.
Si te cuentan que
el amor es un decir,
tú responde, sin
dudar,
que jamás se ha
dicho tanto.
Nunca esperes lo
que todo el mundo espera,
no te duermas en
los palcos del teatro
que vivir se vive
siempre a la primera
y morir se muere
solo rato a rato.
No persigas ni
zozobras ni destinos,
no renuncies al
dolor de vez en cuando,
pero escucha al
corazón de los caminos
y donde no puedas
amar pasa de largo.
Nunca digas que
el amor no es para ti
aunque sumes ya un
sinfín
de pequeños desencantos.
Si te cuentan que
el amor es un decir,
tú responde, sin
dudar,
que jamás se ha
dicho tanto.
Nunca pongas tu
apellido como excusa
No desgastes uno
a uno los placeres,
no te pierdas por
el canto de las musas
ni un segundo de
besar a tus mujeres.
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