Toca el turno a los gritos
La semana pasada te hablaba de manifestaciones. Cierto es que todavía no sabía los datos sobre las ganancias del banco de Botín, que pueden explicar las suyas --las manifestaciones, vaya, no las ganancias--. Del otro tipo de manifestaciones hay un hecho que no falta, o debe faltar, salvo que sea de las silenciosas. Me refiero a los gritos.
Manifestazio bat oihurik gabe? Isilak ez dira asko, nik uste. Hori bai, oihuetan irudimen handirik ez, antza: aspaldikoak berreskuratuta, nonahi erabiltzeko modukoak... Begira gazteleraz emandako azalpenean.
Manifestazio bat oihurik gabe? Isilak ez dira asko, nik uste. Hori bai, oihuetan irudimen handirik ez, antza: aspaldikoak berreskuratuta, nonahi erabiltzeko modukoak... Begira gazteleraz emandako azalpenean.
Hay gritos de todo tipo. Que los empieza alguien; un (o una) líder, quien en no pocas ocasiones lleva un megáfono (parte del pack). La costumbre suele variar: hay quien empieza la consigna, completa, para que la repitan quienes se manifiestan, a modo de letanía; hay quien lanza parte de la consigna para que la completen los seguidores y seguidoras...
nando.quintana en Flickr |
También me ha resultado curioso y llamativo que algunos eslogans no cambian. Porque en 2013 todavía se oye aquello de "el pueblo, unido, jamás será vencido"; a mí me recuerda a una cinta de cassette de Quilapayún (que levante la mano, aunque sea de manera metafórica, quien coincida conmigo) o "el hijo del obrero, a la universidad". Supongo que tampoco será novedoso el "obreros y estudiantes, unidos adelante" y desde luego, de reminiscencia ochentera, "obrero despedido, patrón colgau".
Los hay multiusos, que lo mismo valen para un roto que para un descosido, o sea, que lo puedes oír en San Mamés en un partido de fútbol, como grito de guerra de un equipo (Euskadi de balonmano en categorías inferiores lo solía utilizar) o por la Gran Vía en una manifestación reivindicativa: "jo ta ke, irabazi arte". O ése otro que vale en casi todas las situaciones por lo visto y oído: "sí se puede".
Algo parecido me está pasando con los cánticos. No me refiero a las manifestaciones sindicales que acaban con la Internacional o el Eusko Gudariak (no confundir con el Eusko Irudiak de Guridi) --últimamente, incluso, hay un tenor solista al acabar aquéllas--, sino a que hace poco oía "lo llaman democracia y no lo es" con la musiquilla que se utiliza para animar en terrenos deportivos, con letras del tipo "ale, Osasuna, ale, ale". Ese día andaba casi esperando que a alguna persona le diera por lanzarse con la marcha triunfal de Aida ondeando al viento alguna bandera o pancarta reivindicativa; no sucedió, pero quién sabe.
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