"Saber" una lengua y "saber leer"

La semana pasada participé como compromisario en la Asamblea General del Athletic. Esta vez no me fijaré en el uso de las tecnologías, como en 2009, sino --cosas de la deformación profesional-- en el uso de la lengua por parte, sobre todo, del presidente Urrutia. En concreto, en algo que puede parecer sencillo --y de hecho se manda como tarea a mucho aprendiente de lengua-- como es leer en voz alta, pero bien sabemos que no lo es hacerlo bien, transmitiendo el mensaje requerido en definitiva.

Y es que, tras los prolegómenos del día 14 --si bien a veces son tan largos y tediosos que parece que la posdata es más larga que la carta-- llegó el turno al discurso del presidente. Y lo leyó, primero en euskera --lo de leerlo es un decir-- y luego en castellano; mucho mejor en esta segunda lengua, a mi parecer. Y es que creo que Josu no se enteró mucho cuando lo hizo en euskera, comiéndose letras en palabras concretas, haciendo mal las pausas, de modo que resultó bastante ininteligible --aunque me da que a la mayoría de asistentes les dio igual--. No sé si fue el nerviosismo --a estas alturas de legislatura debiera tenerlo más superado--, si quien escribió el discurso no se dio cuenta que tenía que ser leído en voz alta --lo cual no es tan sencillo como parece, más aún si las frases son largas y farragosas en exceso, tal vez, para el euskera--, si el texto le resultó extraño al deustoarra-lekittarra, si faltó entrenamiento previo... Vamos, que lo dicho: me costó entender en no pocas ocasiones (y mira que soy capaz de entender casi todo) e hizo que me aflorara mi vena "correctora". Y eso que no tenía a mano --o a oído, con más propiedad-- la traducción simultánea; me hubiese gustado comparar lo escuchado por ambas vías (había equipos dispuestos a la entrada) ya que del lenguaje de signos, que también lo hubo, no controlo.

En definitiva, que estoy convencido de que una cosa es saber la lengua, a nivel coloquial, y otra tener distintos registros, tales como hablar ante un auditorio o leer en voz alta, que, reiterando lo dicho, leer bien un discurso no es tan sencillo como parece.

Tomada de la web oficial del Athletic
Plazan hitz egitea ez da samurra gehienontzat; baina testu bat ozenki -- eta ondo, jakina-- irakurtzea ere ez. Nire ustez, irakurtzen duenari sumatu egiten zaio testua ulertzen ari den ala ez, arrotz egiten zaion begi aurrean duena. Eta uste dut halaxe gertatu zitzaiola Josu Urrutiari, Athleticeko presidenteari, joan den asteleheneko Batzar Nagusian. Komunikazioa ez omen da bere arlorik sendoena eta, seguruenik, arrazoi desberdinengatik, ulergaitza izan zen bere mezua diskurtsoan, irakurria izan arren. Edo, agian, beste norbaitek idatzitakoa irakurtzeagatik. Edota aldez aurretik saiakera nahikoa ez izateagatik.

Ozenki irakurtzea ez da erraza; ozenki irakurria izango den testu bat eraikitzea ere ez. Lagunartean hitz egin edo hainbat pertsonaren aurrean aritzea ez dira gauza bera; izan ere, hizkuntzek erregistro desberdinak dituzte.

Comentarios

  1. Completamente de acuerdo, Iñaki. ¡Qué importante es saber leer en voz alta y qué mal leen muchos personajes públicos!

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  2. quizas tienen que poner un spiker profesional en vez del presi ;-)

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  3. Así es, Guillermo.
    Ojo, Larri, que el que pusieron nuevo en San Mamés no lo bordó precisamente y aguantó justo justo un partido ;-)

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