Imágenes chocantes y preguntas
O al menos así me lo han parecido. Si vas a preguntarme "¿y si son imágenes, cómo es que pones texto y no imágenes precisamente?" me adelanto: se trataba de personas, y ya he tenido alguna experiencia poco agradable al sacar fotografías personales, antes siquiera de expresar intención de subirlas a la Red. De modo que no me atreví a sacar esas fotos y te las describo, antes de comentarlas y lanzar las preguntas.
La primera: una persona de edad avanzada, al menos de aspecto; por el mismo, parecía del este de Europa y estaba pidiendo limosna sentada a la entrada de un supermercado. Hasta aquí no es extraño ¿no? El hecho que rompía esa aparente "normalidad" era que estaba hablando por un teléfono móvil; no parecía un smartphone, sino un modelo antiguo. La imagen daría juego, por ejemplo en una clase de lengua (ya me sale la vena): ¿estaría hablando de verdad? ¿con quién y por qué? ¿no parece contradictorio pedir limosna y hablar por un móvil? ¿acabaremos dando limosna a través de smartphones y apps?
Bill Gracey en Flickr, con licencia CC |
La segunda también se refiere a otra persona que está pidiendo dinero. En este caso, un "artista callejero", haciendo malabarismos con mazas y una pelota mientras está el semáforo en rojo. Hasta aquí, tampoco extraña demasiado, al menos en las ciudades. Lo curioso es que en el "más difícil todavía", estaba con auriculares en ambos oídos. Y me llega otra tanda de preguntas: ¿era solo buscar el más difícil todavía? ¿una forma de motivarse? ¿una forma de aislarse del ruido del tráfico? ¿cómo acercarse a las personas que estaban dentro de los coches si ya pone el artista barrera física a escucharles? ¿o ya está tan cansado de escuchar negativas que le da igual lo que le digan?
Me ha parecido interesante el comentario de Larri, José Asensio Larrinaga en Facebook a esta entrada, así que la traigo aquí también.
ResponderEliminarCuriosamente en la zona de Getxo captando una foto de una escultura en la arena en la playa de la arena. El artista tenía una cesta para la voluntad económica del personal, me acerqué a fotografiar y el autor me denegó el permiso de captura, poniendo énfasis en pagar por el arte. En muchos mercados uno aprecia la composición y al dueño del stand, pues en muchos recomiendan borrar dicha foto. Etc, etc, por eso soy un ladrón de recuerdos.