Toca lazo naranja
Es miércoles y me siento raro. No sé, tal vez sea mi parte de animal de costumbre, pero echo en falta el mail de Oiane que me apunte los temas a tratar en la tertulia vespertina. Y no es que el programa se acabara, que se acabó, sino que se apaga la vida de la emisora.
No vi los brotes verdes; tampoco ahora veo esos síntomas de recuperación que algunos anuncian. Más aún, parece incluso que una nube de pesimismo flota entre nosotras y nosotros de un tiempo a esta parte, incluso aquello del "virgencita, virgencita, que me quede como estoy" del chiste suena hasta bien. O hay quien apunta, medio satisfecho, a su "crónica de una crisis anunciada" como una especie de profecía cumplida.
No vi los brotes verdes; tampoco ahora veo esos síntomas de recuperación que algunos anuncian. Más aún, parece incluso que una nube de pesimismo flota entre nosotras y nosotros de un tiempo a esta parte, incluso aquello del "virgencita, virgencita, que me quede como estoy" del chiste suena hasta bien. O hay quien apunta, medio satisfecho, a su "crónica de una crisis anunciada" como una especie de profecía cumplida.
Pero, yo al menos, me pierdo entre tanta cifra macroeconómica y tanta socialización de pérdidas. No entiendo de primas de riesgo, pero sí de personas, de familias en riesgo, y desde hace tiempo. En distintos niveles de riesgo, como el de perder el trabajo. Como es el caso del personal de Punto Radio, en su mayoría supongo.
Y desde luego hay ocasiones en los que el silencio no es que desafine, sino que resulta estruendoso.
Me pongo, aunque sea de manera virtual, ese lazo naranja. Animo, también, a vosotras y vosotros.
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