Twitter, una vez más depende del uso

Está cerca de cumplirse una década desde que abrí cuenta en Twitter, un año después de la creación de este humilde (y en ocasiones rezongón) blogsito. Sé que he escrito en este tiempo unos cuantos posts sobre esta herramienta o sitio de red social, como puedes comprobar, si tienes tiempo y ganas, leyendo entradas con la etiqueta #twitter, sin ir  más lejos. Si así lo llegas a hacer, verás que casi voy a repetir ideas ya publicadas en entradas tales como "Redes sociales y sitios de redes sociales", de enero de 2018; "Ojo con los tuits, que no los publica el diablo", de enero de 2014; "Sobre herramientas y personas", de junio de 2013 o "Twitter, extimidad e intimidad", de diciembre de 2011.

Y es que he leído mensajes de este estilo 

lo llamaron "twitter" porque "todos contra todos a muerte" no sonaba muy comercial

— Sinergia Sin Control (@fred_SSC) April 2, 2018

Esther Zecco escribía que es peor que un bar de borrachos. Asimismo, se recogen en la prensa declaraciones del obispo Munilla,  quien ha escrito en su blog:

"En nuestra sociedad anidan un nivel de agresividad y de frustración interior muy notables. Es un tópico recordar que basta asomarse a Twitter para comprobarlo".

Por cierto, él debe asomarse porque tiene cuenta en este espacio, @ObispoMunilla. Eso sí, con un perfil del tipo que yo suelo llamar "púlpito digital", porque sigue, a día de hoy a 28 personas mientras que le siguen 35.800.

Pues no sé. Aparte de haberse convertido en buena medida en ese espacio de púlpito digital, donde más que conversar o interactuar se hacen declaraciones de todo tipo que incluso se recogen luego en medios, digamos, tradicionales (pensemos en los tuits de Trump. Ah, apunte: éste tiene millones de seguidores pero sigue a 45 personas), es también espacio de riñas y pim-pam-pum. Aunque siempre te lo puedes tomar como Fernando Trujillo

Love me or hate me!
Dedicada a todos los haters profesionales de Twitter y otras redes… https://t.co/IiaFnuBEmY

— Fernando Trujillo (@ftsaez) 30 de marzo de 2018

Pero, insistiré una vez más: depende de tu timeline. Bueno, y de tus seguidores, y de tu influencia... Y sin olvidar que aunque se haya ampliado el número de caracteres por mensaje, ya lo dijo Daniel Cassany... y lo recogió Marcos Cadenato (y yo en una entrada ya en 2011):

"Tuitear es no es fácil" (Cassany) #lyeComillas

— Marcos Cadenato (@mcadenato) 2011(e)ko abenduak 15

O como apunta Jordi Martí, aka @xarxatic

Cada día que pasa cuesta más tuitear de forma políticamente correcta para no ofender a nadie. Además, ahora ya no te dejan ni el comodín del sarcasmo. Mierda de siglo XXI.

— Jordi Martí (@xarxatic) April 3, 2018

En definitiva: el uso de la herramienta.