¿Es algo anacrónico?

Cuando suelo visitar hoteles y similares, me llama la atención que con mucha frecuencia aparezca entre los o las amenities, o sea, entre aquellos artículos de aseo personal que la industria hotelera pone a disposición del huésped en el baño de la habitación del hotel o del establecimiento donde este se aloje, el gorro de ducha. Es ésta una prenda que hace tiempo que dejé de ver en mi entorno más cercano, y he llegado a pensar que supone una auténtica anacronía o un reducto de otros tiempos. De hecho, alguna vez llego a pensar que es algo que no se cambia pese al trasiego de clientela en el establecimiento; algo que permanece entre esos artículos durante muuuucho tiempo.

Así lo comentaba hace poco entre amigos, pero me dijo una buena amiga que no es así: que ella sí que lo utiliza, sobre todo en el caso de que se duche más de una vez en el mismo día, porque no siempre se moja la cabeza. Y yo que ni lo toco...


Claro que no sé si ese hecho de taparse la cabeza puede afectar a la creatividad en la ducha, creatividad en la ducha que mencionan Infobae o Vogue, por ejemplo. Debe ser un espacio propicio para otros quehaceres también: recuerdo que Luis Ramiro solía decir en sus conciertos que las duchas tenían buena acústica, y por ello quienes cantan en la ducha creen que lo hacen bien.

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