Agua, por ley

Leí en El País que en Andalucía los bares tendrán que dar el agua gratis por ley. No sé si este tipo de cuestiones deben legislarse, aunque está claro que la cuestión del agua y su uso no es baladí (trasvases por ejemplo). Pienso, por el contrario, no ya en las fuentes públicas o en las especiales que se ponen cuando hay riesgo por calor en esta zona (lo de las alertas y sus colores da para alguna entrada desde luego), sino que que cuando éramos pequeños, y supongo que seguirá repitiéndose ahora, no se te negaba si utilizabas la palabra mágica, que no era abracadabra sino por favor; de hecho, si no lo hacías así, lo que escuchabas era "¿cómo se pide?". Claro que si el bar está cerca de un parque igual el desfile de criaturas es grande con lo del agua; puede llegar a tanto que recuerdo un bar del barrio de San Adrián que tenía una fuente propia, que mediante un sistema podía girar, de forma que si estaba abierto la fuente daba a la calle pero cuando cerraban quedaba hacia dentro.

Javier Sánchez Salcedo en Flickr (licencia CC)
De la noticia se desprende que hay establecimientos que cobran por el agua del grifo, aunque no creo que se trate de aguadores modernos. En todo caso, si vas a comer, casi te extraña por estos lares que te ofrezcan agua gratis; en los hoteles empieza a ser de cortesía (la mineral, por lo general, claro). Y no me refiero, por supuesto, a esas aguas "premium", sino a la jarra de agua, sin más. De hecho, incluso hay quien no tiene más que botellas pequeñas, independientemente de la categoría del establecimiento, lo cual suele encarecer la factura. Tanto es así, que me extrañó que en Nueva York en muchos sitios pudieras tener ese agua de grifo sin cargo... claro que se compensaba con lo que tenías que dejar de propina; al menos, así empatabas (ya te lo conté allá por abril).

Por cierto, ¿quién se encargará de velar por el cumplimiento de la ley?

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