¿Qué hacer con quien no escucha?

Va a hacer un mes de un intercambio de tuits con Linda Castañeda, referidos, precisamente, a Twitter y sus personas usuarias

Soy consciente de que Twitter no es recíproco; más aún, tampoco yo practico la reciprocidad y, de hecho, ni sigo a todos los que me siguen, ni pretendo que me sigan todos a quienes sigo, sean o no majos, como apuntaba Linda. Sin embargo, debo reconocer que la nula escucha de algunos me mosquea --sería mucho decir que me lleva "por el camino de la amargura"--. Me mosquea hasta tal punto que decido, no ya no  escucharles, sino hasta dejar de oírles. Porque, al margen de que no sé si es que se consideran gurús (¿los gurublufs de los que habló Linda en su conferencia?) que están por encima del mal, o son, directamente, "sordos digitales" (menudo palabro me acabo de inventar) si en algún momento dicen algo interesante, pero interesante de verdad, seguro que me enteraré.

Y, por lo que veo y leo, tampoco soy el único que tiene la sensación; Lucas Aisa escribía el siguente tuit la semana pasada
pero su reflexión sobre la reciprocidad en Twitter viene de (más) largo.

Gizarte-sareak bezala deituriko beste webgune edo zerbitzuetan ez bezala --izan ere nik nahiago dut zerbitzuez mintzatzea; sareak, horiek gabe ere egon bazeuden-eta-- Twitterren ez da beharrezkoa elkarri jarraitzea besteak idazten edo txiokatzen duena irakurri ahal izateko. Edonola ere, horrelako esparruetan gorreriak amorrarazten nauela onartu behar; segitzeari uzteraino ere iritsi ohi naiz. 



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