Sobre cafés, sueldos, trabajos y responsabilidades

No cabe duda que es una cuestión candente. Y, como siempre, cada loco con su tema, también en este campo. De hecho, anteayer mismo empezábamos una pequeña charleta en twitter a cuenta de una entrada de José Antonio del Moral en su blog



Y, es que, uno, que trabaja en la Administración (ahora casi hay que decirlo con cuidado y disculpándose) y por tanto tiene registrado (y controlado y tributado) hasta el último céntimo que gana, pues que no acaba de entender cómo puede mejorar la situación a base de bajar el sueldo... que me temo será, una vez más, a los de siempre, claro (¿dónde he leído que las personas ricas lo siguen siendo cada vez más?) En Público.es, Vicente Clavero ha dado datos sobre el dinero perdido por los asalariados (por cierto, ¿dónde estará "lo perdido"?) Y sobre la "mejora" que supone "correr más lento", o sea, ser más barato, también ha escrito recientemente Guillermo Dorronsoro.

Y no es que acabe de creerme lo del anuncio buscando economistas para ser repartidores (como tampoco me parecía muy real sino más leyenda urbana lo de "abstenerse licenciados en Leioa", por ejemplo; curiosamente el anuncio en cuestión parece haber sido retirado) pero entiendo perfectamente lo que apuntó Alberto sobre cómo (sobre)vivir con sueldos que ya ni llegan a mileuristas al hilo de nuestra charleta.

Y, entre todo, nos encontramos con el director de Pisa (invitado por el ínclito ministro Wert, al parecer), apuntando que no debe ser un café para todos entre el personal docente (bueno es mi traducción de abogar por no pagar a los docentes por igual; aquí la noticia en el Correo). En principio no me parece una mala idea... si se aclaran los criterios y los modos de llevarlo a cabo (antes abogaban por menos profesores y trabajar más, creo recordar). Porque, por ejemplo, a lo que se refiere me recuerda a los niveles profesionales de Osakidetza, y cómo se han otorgado (cuesta entender en no pocas ocasiones  que no es un complemento de antigüedad, sin más) y comprobar en qué están quedando con "la crisis" (lo siento. No he podido evitar la palabra). De modo que, amigo Potachov (de Moldavia), el café, encima, se nos quede aguado.



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