A falta de uno (oficial)

Casi fin de temporada, ante último encuentro oficial en San Mamés pero  partido para olvidar... o para grabar y ponérselo a los jugadores, unas cuantas veces y ver si tienen capacidad de autocrítica. Lo mejor, el resultado; lo peor, me cuesta resumirlo. Así que vamos a los detalles apuntados en la libreta forofogoitia.

Anduvo muy enfadada una persona que se está convirtiendo en habitual de este txoko, el responsable de seguridad (las colas para entrar en preferencia parece que tampoco son de su incumbencia, mientras no haya follón). No es que sacara fotos del banquillo visitante, a las que tan aficionado es, pero, en un momento dado, tuvo que ser tranquilizado por la segurata rubia, quien parece estar especializándose en estas tareas de contención, sean aficionados, empleados, técnicos rivales... Lo que no sé es con quién era su enfado, o a qué se debía, si bien es cierto que el personal mallorquín andaba un poco revuelto, con el segundo entrenador Quevedo a la cabeza, quizá como contraste a la tranquilidad que parece emanar del míster Manzano. De hecho, el preparador físico fue expulsado tras el penalty en contra... lo que supuso un quebradero de cabeza para otro que nos visita a menudo, nuestro novel delegado de campo, quien se las vio y deseó para hacer cumplir el reglamento y que aquél abandonara las escaleras de acceso a los vestuarios.

No entró, sino que salió de la nevera el colegiado canario Hernández Hernández, el del saque de banda confundido (no confundir con González González). Gregorio Manzano le auguró que en diez años igual será internacional, pero no lo tengo yo tan claro. Eso sí, tanto él como el cuarto árbitro tienen unas piernas que me recordaron a los corredores de fondo, no a jugadores de fútbol. En efecto, correr corre;lo del reglamento (y el contacto), es harina de otro costal. Claro que, volviendo a las piernas, como bien relata el maestro Latxaga, los jugadores rojiblancos parecían tenerlas de trapo. Vamos, que si no llegamos a ganar, no quiero ni pensar.

Foto de Bastian en Flickr. Poco les queda ya a los asientos, aunque no tengo intención de llevarme el mío de recuerdo como alguno propuso.


Me resulta curiosa la propaganda que luce en su indumentaria el conjunto bermellón, bueno, merengue el pasado sábado. Aunque es casi toda de la misma línea, la turística, no sé yo si son muy complementarios los destinos de Baleares y la Riviera Maya, aunque puedan tal vez unirlos los hoteles que llevan en el pantalón.

Buena entrada pese a la hora. No vi muchos huecos aunque luego he leído alguna protesta de peñistas de fuera que no tuvieron entrada. Y mucha gente a la salida en la zona de bares cercana; incluso algunos de los seguidores mallorquines, con caras tristes la mayoría, esperando al autobús que los llevara de vuelta al aeropuerto, supongo. Por lo que me contó un pajarito que estaba en ese lado del campo, enfadados antes con sus jugadores. Tanto que éstos les aplaudieron a una distancia prudencial y, tras el gesto del capitán, se acercaron a lanzarles sus camisetas sin excesivo éxito al parecer. Lo de los gritos... oí el consabido "si, se puede" pero, de tanto gritarlo, es seguro que alguno de los equipos implicados no va a poder.

Otra de cánticos. ¿Tiene lógica que la afición rojiblanca entone la Marcha Triunfal de Aida? Vamos, una cosa es animar, y otra, entiendo yo, salirse del tiesto. Que no hemos ganado nada, salvo la tranquilidad para jornadas posteriores.  Recuerdo un final de temporada, hace algunos años, en el que al final del partido la pitada fue de las históricas, tras el apoyo durante el match. 

¡Cómo pasa el tiempo! El "Bielsa quédate" y el "a lo loco se vive mejor" no fueron unánimes como antaño. Incluso me dio la impresión que cuando lo entonaron en la grada norte se escuchó música de viento. El propio Marcelo lo comentó en rueda de prensa.

Una de intriga: ¿quiénes fueron los recogepelotas? Los había de distinta edades, alguno mayor incluso, sin uniformidad más allá del peto. ¿Fue el resultado de algún concurso? Sí que me dio la impresión, además, de que estaban un poco peces.


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