Slow, lento, astiro

Dudaba, con eso de que acabado el período de permanencia obligado por contrato en la compañía telefónica de turno se abren las posibilidades de ofertas y contraofertas (aunque lo cierto es que poco se preocupan por el cliente que ya tienen, pero eso es otra historia) de si cambiar de teléfono y coger un smartphone con tarifa de datos, que parece que los tiempos de m-learning (contado por Mar Camacho) están llegando, si no lo han hecho ya. Sin embargo, al final he optado por seguir como estaba, en un intermedio, con solo posibilidad de conexión wifi. Y tras leer este post de José Luis Orihuela  creo que he acertado.

Pero no es lo único slow lo de la comunicación.Hace un tiempo que escribí sobre cittaslow en este txoko: localidades para viajeros sin prisas; se habla de slow food, slow travel, y en el post que cito en el párrafo anterior, se enlaza a slow blog (¡y es de 2005!) ;-)

Porque posiblemente, andar un poco más lento, con más tranquilidad y sosiego sea una vía de superar la sobrecarga informativa, la infoxicación que acuñó Alfons Cornella.

Foto de Xabier Gezuraga en Lekitxoko Zeruak. (Lekeitio es una cittaslow)



Astiro, lasai eta patxadaz. Beharbada horrelako ohiturak berreskuratu beharko ditugu, behar bezalako bizitza lortu nahi badugu. Eta esparru guztietan gainera, ziberespazioan barne. Nahiz eta horrek lantzean behineko deskonexioa eskatu. Seguruenik, kalitatedun komunikaziorako urratsa izan liteke.

Portzierto, cittaslowetako bat Lekeitio dela esan nizun, gogoratzen duzu?

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